¿QUE HAY DE LAS PENSIONES?

AVANTE 2/3 Y LAS PENSIONES

EL SISTEMA DE REPARTO

Muchos países utilizan el sistema de reparto para el pago de las pensiones. Este sistema consiste en que recauda los fondos mediante las cotizaciones de las personas en situación laboral activa y, posteriormente con esos fondos paga las pensiones a las personas que están en una situación de inactividad laboral por jubilación. Es un sistema actualmente en dificultades y continuamente sometido a ajustes para garantizar el pago de las pensiones.

Cualquier situación económica adversa lleva consigo la contracción del mercado laboral y, consecuentemente, al contar con menos cotizaciones se ven afectadas las pensiones o se recurre al endeudamiento del Estado. Además, las nuevas modalidades de empleo que se han ido introduciendo tanto en España como en el resto de la UE, incrementando la contratación temporal o la extraña figura del fijo discontinuo, acaban indefectiblemente en una reducción de los salarios y del montante de las cotizaciones de las personas activas, poniendo en peligro la financiación de las pensiones. Tampoco debemos olvidarnos de la endémica ineficacia de nuestro mercado laboral para dar empleo a jóvenes licenciados o graduados universitarios, lo que provoca una penosa fuga de talentos después de haber asumido España el coste de su formación.

Añadamos a todo ello la peligrosa situación demográfica que vive toda Europa y en especial España, en la que el envejecimiento progresivo de la pirámide poblacional debido a una mayor esperanza de vida y una gravísima disminución de la natalidad. Por otro lado, la inmigración legal a trabajar y cotizar, mientras la situación económica en el país de acogida sea positiva, ayuda indudablemente al sostenimiento de la caja de la Seguridad Social pero, cuando las cosas vienen mal dadas en economía, las cosas cambian y muchos pasan a engrosar la filas de grupo de personas inactivas laboralmente, sin olvidar que, con el tiempo, envejecerán, pasarán a engrosar el grupo de jubilados y a cobrar su correspondiente pensión.

El incremento de la natalidad que pueda ser consecuencia de la inmigración no es un remedio ni claro, ni definitivo, para que nuestra situación demográfica cambie y menos para poder decir que con él se vaya a asegurar la sostenibilidad del sistema de reparto en un futuro. En primer lugar, porque el inicial empuje de la inmigración en ese sentido se va mitigando con el paso del tiempo, acercándose cada vez más a las costumbres del país de acogida. En segundo lugar, porque la inmigración ilegal, en aumento desde que se practica, por parte de los últimos gobiernos y algunas ONG,s un inconsciente y peligroso efecto llamada, recala en muchos casos en el campo de las contrataciones ilegales y los abusos laborales y la delincuencia. Las administraciones gastan en muchas de esas desvalidas personas buena cantidad de fondos en ayudas sociales, bien o mal administradas, manteniendo de esa manera en el país a una buena cantidad de personas que difícilmente van alguna vez a cotizar y a colaborar en la sostenibilidad del sistema de reparto, más bien al contrario van a ser únicamente perceptores de ayudas provenientes de las administraciones públicas.  

Esta situación parece abocar a una crisis en el sistema de reparto, que va a tener graves dificultades, a no mucho tardar, para financiar las pensiones de una población mayor proporcionalmente cada vez más numerosa. Así, muchos de los potenciales beneficiarios del modelo de reparto están ya pensando que pueden estar contribuyendo a un sistema con pocas expectativas de supervivencia, pues el acceso a la prestación por jubilación y la cuantía que éstas supongan podrían ser modificadas en el futuro al albur de las difíciles futuras circunstancias.

EL SISTEMA DE CAPITALIZACIÓN

En un sistema de capitalización el trabajador va aportando a lo largo de su vida laboral unas cantidades a un fondo que utiliza el capital de las cotizaciones sociales aportadas para realizar inversiones en fondos privados o públicos, con el fin obtener unas rentabilidades que, en un futuro, se sumarán al capital acumulado para la jubilación. Esta claro que en este caso la pensión dependerá de la rentabilidad obtenida por los fondos privados donde se realicen las inversiones. Por lo tanto, la pensión dependerá del tipo de rentabilidad que obtenga el capital acumulado en un tiempo determinado. Este sistema supone una ruptura total con el sistema de reparto basado en la solidaridad intergeneracional y del que hemos hablado anteriormente y que se puede considerar de difícil mantenimiento. Evidentemente, no asegura un tratamiento uniforme a los pensionistas, pues éstos pueden tener una prestación diferente según haya sido la rentabilidad de los fondos a los que haya confiado sus cotizaciones sociales.

Sin embargo, desde la fría óptica capitalista, el sistema de capitalización incrementa un ahorro que, mediante las entidades financieras que manejan esos fondos, se invierten en créditos y préstamos para la creación de empresas y a la creación de empleo, favoreciendo en consecuencia la buena marcha de la economía o, en su caso, la recuperación.

En Italia y Suecia se puso en funcionamiento un sistema denominado de cuentas nacionales, basado en que el Estado abre una cuenta a cada trabajador (la mochila) en la que acumula sus cotizaciones, un capital que con que el Estado hace inversiones. Al llegar a la jubilación, recibirá una pensión que será el resultado de dividir el importe acumulado en su cuenta nacional entre la esperanza de vida estimada de la cohorte de la población correspondiente a su tramo de edad considerado.

SISTEMAS MIXTOS

En Chile se llevó a cabo un cambio en su sistema de pensiones al pasar de un sistema de reparto a uno de capitalización parcial obligatoria, complementado con una parte del coste de las pensiones financiado por el Estado con los impuestos, es decir, parte de las pensiones pasaron a formar parte de los presupuestos del Estado.

En otros países tales como Hungría, Polonia, Bulgaria o Croacia también se emplean sistemas mixtos, en los que mantienen el sistema de reparto con otro de cotizaciones gestionadas por entidades privadas o públicas.

LA FINANCIACIÓN A TRAVES DE IMPUESTOS

En otros países europeos como Dinamarca, Alemania, Noruega, Finlandia y Suiza, gran parte del coste de las pensiones es aportado por el Estado a través de los impuestos, siendo incluido en los presupuestos del Estado.

Avante 2/3 es el sistema que prefiere, de hecho, aboga por financiar todo el coste de las pensiones a través de los Presupuestos Generales del Estado. No se debe olvidar que el artículo 31 de la CE dispone que:” Todos contribuirán al sostenimiento de los gastos públicos mediante un sistema tributario justo…” lo que legitima la utilización del tributo para financiar también las pensiones públicas.

El sistema propuesto ha sido expuesto por nuestro Secretario General en diversas ocasiones y está explicado con meridiana claridad en esta Web, dentro de “Nuestras Propuestas” dentro de este mismo apartado de “Política Laboral y Seguridad Social”.

 

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